El tiempo es oro, pero el oro no es tiempo.
Concepto teorico que no se compra ni se vende con ningun tipo de moneda, se vive, se siente .
Alcanza o sobra, se necesita o se desprecia, se disfruta o se sufre. Una de dos, pero una al fin.
Es como una rueda que gira constantemente sin parar por caminos de tierra, como si fuera una bola de nieve cayendo desde un precipio donde al llegar a la altura del suelo se asemejaría a una esfera de gran tamaño, tan grande que no se alcanzaría a ver desde el panorama visual vista de frente.
Una rueda llena de emociones (o tal vez no) en la que solo se destacaría una gran diferencia con el resto de las cosas. Sobrepasando cualquier situación real vivida en el mismo lugar o contexto dentro de ese mismo tiempo. Interviniendo a su vez de forma distinta en cada ser vivo, llámese molécula, bacteria, animal o ser humano.
El camino por donde trasciende esa circunferencia ( transparente e imaginaria pero basada en un mundo totalmente verdadero) daría lugar para descubrir la distancia, el contenido y la estructura de la misma. Conociendo esa nombrada diferencia se comprendería el recorrido.
La misma desigualdad que formaría parte de una limitación marcada en segundos, horas, días, meses o años.
Ese tiempo enfrascado en un mundo donde el ser humano englobo una religión mayoritaria dando lugar a una fecha creada en un hecho.
Es a si el elemento fundamental de una pesera hermética compuesta por pliegues, materias despintadas, reproducciones, vidas o muerte.
Pero por sobre todas las cosas es el aprendizaje aprehendido por el alma o por la misma razón de ser de ese - Ser vivo - (mas vivo que nunca), que compone una vida marcada por un tiempo.
